miércoles, 19 de junio de 2013

Crónicas Rockuleras

Crónicas Rockuleras: Los hijos de Lennon.

Esta es la triste y culera historia de cómo, los hombres a pesar de poder tener muchas y enormes cualidades, lleganos a ser irresponsables, hojaldras, y pocos huevos…
Era apenas un fulano prángana y musiquillo cuando John Winston Lennon conoció a Cinthya Powell, en el Liverpool College of Art. Para no hacérselas cachetona (ppsa), se matrimoniaron y al tiempo de andar de califas y sepsosos salieron con su domingosiete: Julian Lennon, ésto justamente cuando los Beatles llegaron a la mera cumbre de la fama. Es aquí cuando el buen John, se puso nenita, evitando a toda costa que los medios se enteraran de que estaba casado, y que tenía un chilpayate, por temor a que eso le espantara a las fanseses, ocasionando que John tuviera casi nulo contacto con su hijito Julian, y categóricamente lo mandara a la merga en más de una ocasión al solicitarle su amor de padre…
El tiempo pasó y Lennon, volvió a casarse, ésta vez con la “carismática” Yoko Onno, formando con ella una familia cuyo fruto fue Sean Lennon, siendo la historia completamente diferente, ya que el mamila de John, ora si quiso ser un gran padre y dar a su hijo todo su amor, (si hasta canciones le compuso), mostrando todo esto con gran orgullo a la prensa internacional.
Por extraño que parezca, el pequeño Sean Lennon, creció y se convirtió en un hipstersillo, pseudomusiquete, que influenciado por su jefa, es creador y compositor de elaboradas piezas musicales, de esencia casi nula, y de una mafufés y jotería que sólo es audible para hipstersillos fantochazos como él…

Con los años, Julian tuvo muchas oportunidades en la industria musical, aunque sin suerte, y con poca claridad de ideas, ya que siempre se vio influenciada y rodeada de alimañas, que solo veían en él, la oportunidad de ganarse unos melones. Al día de hoy, con 50 años, por fin ha logrado concretar discos como Everithing Changes, disco aclamado por la crítica, y es efectivamente, un buen músico de rock & roll… Si no lo digo yo, lo dijo Don Chuck Berry…

                                                            Cortesía de Botanitas Charras

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