miércoles, 14 de mayo de 2014

narcisistas tercera parte.


Tipos de narcisistas

El doctor Bruce Stevens, en su artículo "A nine headed hydra", propone una clasificación de la personalidad narcisista en nueve tipos diferentes. Entre ellos incluye también la personalidad dependiente, que generalmente suele considerarse aparte. Sin embargo, todos los tipos de esta hidra de nueve cabezas de Stevens comparten el mismo problema subyacente: la búsqueda desesperada de la fuente de amor a sí mismos en lugares donde nunca la encontrarán, un problema que empieza a bosquejarse vagamente desde fuera de la psicología académica o científica con el nombre de codependencia.

1. El dependiente.

Siente una gran necesidad de ser amado y jamás se siente satisfecho. Nunca recibe suficiente amor. Miedo al abandono y al rechazo. Su problema principal es que no es capaz de quererse y cuidarse a sí mismo y se centra en dar amor a los demás para así conseguir su aprobación y su cariño. Resulta asfixiante para su pareja.

2. El amante especial.

"Nuestro amor es único, especial, maravilloso y perfecto". Piensa que nadie puede amar a su pareja como él o ella, que con su amor curará todas las heridas que pueda tener. Idealiza al amor y a la persona amada, a quien no ve como realmente es. El resultado es siempre una decepción. Son muy vulnerables a cualquier ofensa y arrastran heridas de anteriores relaciones. No toleran ninguna imperfección en su pareja.

3. El poderoso.

Está enamorado del poder y lo expresa humillando o aterrorizando a sus empleados. Arrogante, desprecia a sus subordinados e "inferiores". Lo único que importa es su carrera y su éxito. Su pareja suele ser una persona atractiva que exhibe como un trofeo.

4. El "cuerpo".

Es un tipo de narcisismo muy habitual hoy en día. Su imagen tiene una enorme importancia y su autoestima está unida a dicha imagen. Necesita gustar a todo el mundo y que todo el mundo reconozca su belleza para sentirse una persona valiosa. Obsesión por tener el cuerpo perfecto. Tiende a negar sus problemas y a centrarse en su físico, como si el hecho de lograr la perfección física fuese a solucionar todos sus males.

5. El furioso.

Tiene estallidos de rabia frecuentes debido a su hipersensibilidad ante cualquier ofensa real o imaginada. Tiende a ver malas intenciones en las acciones de los demás. Debajo de esa rabia tiende a ocultar tristeza, vergüenza o desesperación. Incapacidad para controlar sus intensas emociones, incluida la rabia.

6. El estafador.

Es una persona encantadora cuyos motivos son absolutamente egoístas. Pretende utilizar y explotar a los demás utilizando ese encanto personal. Le divierte engañar al amante confiado con infidelidades, fraudes, etc. y disfruta planeándolo. Su autoestima aumenta al verse capaz de hacer ese tipo de cosas. Las normas morales no se las aplica a sí mismo. Eso es para los demás y ellos se consideran por encima.

7. El fantasioso.

Su mundo interior es muy rico y está poblado de fantasías de belleza, admiración, amor, éxito y mundos maravillosos, mientras que considera la realidad un fastidio del que querría escapar. Algunos adolescentes pasan horas aislados jugando al mismo juego de ordenador, con cuyo protagonista, un héroe capaz de todo, se sienten identificados. La soledad impide que el mundo exterior penetre en sus vidas mostrándoles la realidad, y su necesidad de sentirse grandiosos, únicos y especiales (algo que, en cierta medida, es normal en la adolescencia) puede hacer que se identifiquen con el héroe del videojuego y confundan la fantasía con la realidad.

8. El mártir.

Su identidad está construida alrededor del hecho de ser una víctima o un superviviente de algo terrible. Se centra en sí mismo y en su propio dolor, que nunca llega a superar y no tiene tiempo para nadie más. Dentro de ese dolor se siente grande, "nadie sufre como yo", "he tenido que soportar cosas terribles". Es ese mártir al que todos deberían admirar por haber sufrido tanto y seguir vivo. Tienden a exagerar su dolor que, a veces, tiene dimensiones religiosas: el destino divino del sufrimiento exaltado y admirado. En realidad, es una forma de evitar el verdadero dolor y los problemas reales que hay en su vida y en sí mismo. "Mi dolor es tan grande que me impide pensar en otras personas o hacer otras cosas".

9. El salvador.

"Sólo yo puedo ayudarte", "sólo yo puedo cambiar tu vida a mejor". Es probable que tenga un trabajo relacionado con la ayuda a los demás, al que dedica todo su tiempo porque "lo necesitan". Sin embargo, siempre acaba pidiendo algo a cambio, como sexo o dinero. Es frecuente en ciertos líderes religiosos de sectas.

Narcisismo y agresividad

Como hemos visto, muchos narcisistas reaccionan con violencia al ser criticados. Varios psicólogos estadounidenses realizaron un estudio en el que comprobaron que los narcisistas son más agresivos que los demás. Estos investigadores afirman que los recientes tiroteos y asesinatos cometidos por adolescentes es Estados Unidos pueden guardar cierta relación con tendencias narcisistas, que podrían aumentar la violencia en las escuelas. "Si los chicos empiezan a desarrollar opiniones excesivamente optimistas sobre sí mismos y dichas creencias son constantemente rechazadas por otros, sus sentimientos de amor a sí mismos pueden hacer a estos chicos potencialmente peligrosos".

Cómo tratar al narcisista

Si te ha tocado un narcisista en tu familia y no tienes más remedio que convivir con él o ella, estas pista pueden ayudarte:

1. Distánciate a nivel emocional. Ten en cuenta que su necesidad de sentirse superior puede llevarle a tratar de rebajarte y humillarte. Puede ser insensible contigo, arrogante y pedante. No dejes que te afecte lo que te diga.

2. No intentes cambiarlo. Probablemente sólo conseguirás que se enfade. Te resultará más fácil cambiar tu comportamiento que el suyo. Por ejemplo, deja de sentirte ofendido si tu suegra narcisista nunca se queda con tus hijos una noche para que puedas salir a divertirte. Acepta que no va a hacerlo y busca a otra persona que lo haga por ella.

3. Al narcisista le gusta ser el centro de atención y sentirse importante. Concédele ese privilegio de vez en cuando y escucha las historias que te cuente acerca de sus grandes logros o dile algo que lo elogie. Recuerda que en el fondo se cree una persona sin valor e indigna de ser amada por sí misma. Demuéstrale que esto no es cierto.

4. Es muy probable que al mostrarle tus sentimientos, el narcisista los ignore. Tal vez sea mejor mantener una relación más superficial. Por ejemplo, si te sientes deprimido o enfermo, el narcisista no tendrá ganas de escuchar eso y si intentas hablarlo es probable que te sientas rechazado y herido. Más vale buscarte a otra persona más receptiva y limitarte a decirle al narcisista que no te sientes muy bien últimamente para luego cambiar de tema con rapidez.

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