miércoles, 3 de septiembre de 2014

amor libre


Breve recorrido histórico del amor libre



El término amor libre, también conocido como unión libre o unión de hecho, surge a finales del siglo XIX y forma parte de la ideología del anarquismo, aunque también tuvo defensores anteriores y posteriores que no se identificaron con esa ideología. Según la concepción anarquista, todo acuerdo libre entre personas adultas es un compromiso legítimo que debe ser respetado por quienes lo suscriben así como por terceros, por lo tanto las relaciones sentimentales o sexuales no necesitan ningún permiso o autorización expresa del Estado, ni ningún compromiso religioso.



La libertad del amor libre se fundamenta en la soberanía individual y la asociación voluntaria, por lo que además de la unión libre incluye:
            La elección libre de pareja.
            El ejercicio del placer sexual.
            La camaradería afectiva.
            Respeto y sinceridad entre ambas partes.

El amor libre ha llegado a confundirse muchas veces con la ausencia de cualquier responsabilidad o compromiso en el amor y en las relaciones sexuales. Lo que se enfatiza en las diferentes concepciones de amor libre es que las relaciones amorosas o sexuales deben ser libres y por tanto responsables, es decir tomadas en un estado de conciencia.

        En unos casos designa una forma de convivencia voluntaria basada en la sinceridad y el respeto mutuos, ya se trate de una relación a corto o a largo plazo.
        El encuentro sexual ocasional, siempre que sea consensuado y responsable también encaja dentro de esta visión.


Las concepciones revolucionarias enmarcaban al amor libre como algo necesario dentro del cambio social. Las posiciones de amor libre han sido especialmente defendidas dentro del anarquismo y en algún grado en el liberalismo y el socialismo por mujeres feministas, aunque también por muchos varones. Dentro del anarquismo se puede destacar los ensayos y la acción de mujeres anarquistas como Emma Goldman o Voltairine de Cleyre, en el área del marxismo están los escritos de Alexandra Kollontai, teórica feminista rusa.



En el siglo XX, la defensa y práctica del amor libre resurgió en la generación Beat de los años 50, en mayo del 68 y en  el seno del movimiento hippie en Estados Unidos, que se convirtió en una subcultura cuyos principios aún son seguidos hoy en día con diferentes grados de intensidad. Aún quedan comunidades en aldeas remotas hippies  (por ejemplo, en la alpujarra granadina o en algún pueblo de la costa gaditana), pero como sucede con casi todos los movimientos colectivos, hoy en día pervive en nuestras sociedades mayormente en el mundo de la moda y la estética. A pesar de ello, el impacto de esta cultura alternativa fue enorme y tuvo unas consecuencias  visibles, porque es el marco en el cual se desató la revolución sexual.

La cultura hippie era profundamente pacifista y ecologista, porque hicieron del amor su máxima vital: 

"Vivimos en un mundo en el que nos escondemos para hacer el amor... pero la violencia se practica a plena luz del día" (John Lennon).  


Los y las hippies destacaron la necesidad de relacionarse amorosamente con la tierra, sus recursos y sus habitantes. Indisolublemente unido a este concepto sobre el amor universal, estaba el concepto de libertad. Los hippies rechazaban el poder, las jerarquías, la dominación y la autoridad, y proponían relaciones igualitarias, libres y armoniosas entre los seres humanos. Despojaron al erotismo y a la pasión de su afán posesivo y exclusivista, de su indisolubilidad, y sobre todo la desproveyeron de su dimensión económica y social. El amor era una forma de trascendencia y espiritualidad, la entendían como la fuerza que guió a Cristo en su intento rebelde de acabar con las injusticias de los poderosos y la desigualdad económica.

Las hippies detestaban las clases sociales, la moral sexual burguesa, las relaciones basadas en la propiedad privada y poseían un estilo de vida hedonista cuya máxima era el carpe diem.Rechazaban la violencia y por ello la lucha armada; su discurso no estaba lleno de rabia, sino de amor. Creían que para cambiar el mundo primero debíamos cambiar los humanos, conocernos mejor a nosotros mismos, trabajarnos las miserias humanas, y hacer felices a los demás, de modo que cuando se reunían era para celebrar que estaban vivos. 



El movimiento hippie organizó numerosas protestas contra la guerra de Vietnam, pero también se reunieron para desnudarse, bailar, cantar, amarse sin trabas, y probar drogas psicotrópicas; en este sentido es un movimiento cultural que se asimila al Romanticismo por su afán escapista. En los grandes festivales practicaban nudismo, escuchaban música y se relacionaban  libremente entre sí, provocando un escándalo social en la puritana sociedad estadounidense.

El movimiento hippie era idealista porque creía que la paz mundial, la igualdad económica, el fin de las jerarquías y el triunfo del amor libre eran posibles. Exportó a Occidente la filosofía oriental y las formas de espiritualidad de hindúes y budistas, poco conocidas hasta entonces. Su punto de referencia fue la India, y de allí exportaron a Occidente sus prácticas religiosas, el Yoga y la Meditación trascendental, la música, los símbolos y sobre todo, la filosofía de la no violencia budista.


A pesar de que los teóricos no se ponen de acuerdo sobre el impacto real en la sociedad de este movimiento, lo que es indudable es que el hippismo fue uno de los primeros fenómenos sociales que triunfaron por su visibilidad mediática. 




Actualmente esta concepción del amor libre ha tomado diferentes formas y expresiones, como por ejemplo los amores Kuir,  los amores swinger o el poliamor, que está basado en la multiplicación de parejas de forma libre. El poliamor mantiene la estructura dual pero rompe con la exclusividad, y abre las relaciones a un mundo más diverso, más complejo, más enriquecedor. Hoy es practicado por muchas personas, y se considera que personajes más famosos que han practicado poliamoría son: Simone de Beauvoir, Sartre, John Lennon, Yoko Ono, Anáis Nin...

Generalmente las prácticas amorosas y sexuales alternativas han sido practicadas en el silencio, en el seno de reducidos grupos sociales, por ejemplo entre las clases altas. Pero en la actualidad van tomando visibilidad gracias sobre todo a Internet, a reportajes periodísticos en los grandes medios sobre estos grupos, a una mayor tolerancia social sobre la diversidad sexual y amorosa. 

La Red es un punto de encuentro para obtener información, compartir puntos de vista, conocer gente con ideologías amorosas parecidas a la tuya, y crear redes poliamorosas, de intercambio de pareja, de prácticas como el bdsm, etc.  




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