lunes, 19 de octubre de 2015

Destapan negocios de Trump con mafiosos

Associated Press | El aspirante presidencial republicano saluda a simpatizantes en Tyngsborough, Massachusetts

El aspirante presidencial republicano saluda a simpatizantes en Tyngsborough, Massachusetts

Washington— Conforme el multimillonario urbanista Donald Trump se convirtió en motivo de brindis en Nueva York durante los años 80, a menudo atribuyó su ascenso a su aptitud como vendedor y a su energía. “Los tratos son mi forma de arte”, escribió.

Pero su éxito contiene otra faceta que él no comenta con frecuencia. Durante el principio de su carrera, de manera rutinaria Trump daba grandes contribuciones de campaña a políticos que tuvieran influencia en sus proyectos, y colaboraba con empresas y sindicatos controlados por la mafia a fin de construirlos.

Rara vez han contemplado los estadounidenses a un candidato como Trump, de 69 años, quien se ha convertido en el inesperado líder entre los contendientes del Partido Republicano por la Casa Blanca. Es un impetuoso vástago nacido en Queens que navegó en una de las industrias de la construcción más corruptas del país hasta convertirse en un magnate empresarial con nombre de marca.

Mucho se ha escrito sobre los inicios de su carrera, pero el paso del tiempo ha puesto en las sombras numerosos detalles, eclipsados por el éxito y la celebridad de Trump.

Una revisión de documentos procesales realizada por el Washington Post, el testimonio de Trump y varias versiones más que por decenios han permanecido fuera del dominio arrojan luz al ascenso del magnate. Nunca se le acusó de actos ilegales, mientras que observadores de ese tiempo sostienen que era inevitable trabajar con figuras y políticos relacionados con la mafia. Trump rechazó repetidas solicitudes para pedirle comentarios.

En un examen estatal sobre la industria de la construcción en la ciudad de Nueva York efectuado a finales de los años 80 se concluyó que “la corrupción oficial forma parte de un ambiente en el cual urbanizadores y contratistas cultivan y buscan favores de funcionarios públicos de todos los niveles”.

Trump donó con tanta generosidad a las campañas políticas que en ocasiones perdió la cuenta de las sumas, muestran documentos. Tan sólo en 1985, contribuyó con alrededor de 150 mil dólares para candidatos locales, el equivalente a 330 mil dólares actuales.

Posteriormente funcionarios adscritos al Equipo Especial para el Crimen Organizado del Estado de Nueva York señalaron que, si bien no quebrantó ninguna ley, Trump evadió límites estatales relativos a contribuciones individuales y empresariales “repartiendo sus pagos entre 18 subsidiarias”.

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