La prohibición de retratar al profeta Mahoma comenzó como un
intento de combatir la idolatría, que estaba muy difundida en la cuna árabe del
islam. Pero en años recientes, esa prohibición ha adoptado una faceta letal
Las autoridades francesas siguen tratando de determinar qué
causó que unos hombres armados atacaran las oficinas de una revista satírica en
París. Sin embargo, de acuerdo con los medios franceses, los pistoleros
gritaron: "¡hemos vengado al Profeta!" mientras irrumpían en la
oficina.
La prohibición de retratar al profeta Mahoma comenzó como un intento de
combatir la idolatría, que estaba muy difundida en la cuna árabe del islam. Pero
en años recientes, esa prohibición ha adoptado una faceta letal.
Uno de los principios esenciales del islam es que Mahoma era un hombre, no
Dios, y que personificarlo podría provocar que se adore a un humano y no a Alá.
"Todo surge de la noción de la idolatría", dice Akbar Ahmed, quien
preside el departamento de Estudios Islámicos en la Universidad Americana en
Washington. "En el islam, la noción de Dios frente a cualquier
representación de Dios o de cualquier personaje sagrado es muy fuerte".
De cierta forma, el islam fue la reacción ante la cristiandad, que para los
musulmanes se había desviado al concebir que Cristo no era un hombre, sino que
era Dios. Ellos no querían que pasara lo mismo con Mahoma.
"El mismo profeta estaba consciente de que si la gente veía que retrataban
su rostro, pronto empezarían a adorarlo", explica Ahmed. "Así que él
mismo se opuso a esas imágenes y dijo: 'Soy simplemente un hombre'".
Una amarga ironía es que los ataques a veces violentos en contra de las
representaciones del profeta son una especie de idolatría inversa que venera (y
mata por) la ausencia de una imagen, opinó Hussein Rashid, profesor de Estudios
Islámicos en la Universidad Hofstra en Nueva York.
Charlie Hebdo, la revista satírica francesa que sufrió un ataque este
miércoles, ha tenido una controvertida historia de representar a Mahoma, a
menudo de forma poco favorable.
En noviembre de 2011, incendiaron la oficina de la revista el mismo día en la
que publicarían un número en cuya portada aparentemente se hacía mofa de la ley
islámica. En la portada se mostraba una caricatura del profeta Mahoma con barba
y turbante que decía: "100 azotes si no mueres de risa".
En septiembre de 2012, mientras Francia cerraba embajadas en unos 20 países en
medio del furor mundial que causó la cinta antiislam Innocence of Muslims (la
inocencia de los musulmanes), la revista publicó un número en el que mostraba
un cartón en el que aparentemente se representaba a Mahoma desnudo y en la
portada había una ilustración en la que al parecer se veía a Mahoma en una
silla de ruedas que empujaba un judío ortodoxo.
Un periodista de la revista, Laurent Leger, defendió en ese entonces a la
publicación y dijo que las caricaturas no tenían el propósito de provocar ira
ni violencia.
"El objetivo es reír", dijo Leger a la televisora BFMTV en 2012.
"Queremos reírnos de los extremistas… de todos los extremistas. Pueden
ser musulmanes, judíos, católicos. Todos pueden ser religiosos, pero no podemos
aceptar los pensamientos ni los actos extremistas".
Pero para muchos musulmanes, las representaciones de Mahoma, a quien veneran no
solo como profeta sino como ejemplo de moralidad, no son cosa de risa.
Las representaciones satíricas de Mahoma no son nada nuevo, aunque son muy
modernas, dijo Rashid.
"En el contexto de Europa, en donde los musulmanes se sienten asediados en
muchos países, estas imágenes no se consideran una crítica, sino un acoso. La
violencia como reacción es claramente errónea y desproporcionada. Sin embargo,
no se trata tanto de una ira religiosa, sino de venganza".
Pero incluso en Estados Unidos, en donde los musulmanes están relativamente
adaptados, los extremistas se han opuesto a que se retrate a Mahoma en South
Park, el programa animado satírico, y al Día de Dibujar a Mahoma que surgió en
consecuencia.
Mohamed Magid, imán que encabeza a la Sociedad Islámica de América del Norte,
dice que la prohibición musulmana de retratar a los profetas se extiende a
Jesús y a Moisés, a quien el islam considera profetas. En algunos países
musulmanes se prohibieron las cintas Noé y Éxodo este año porque sus personajes
principales eran profetas hebreos.
En las mezquitas sunitas, la variante más grande de la religión, no hay ninguna
clase de imágenes de personas. Los espacios a menudo se decoran con versículos
del Corán.
"Está prohibido adorar a las pinturas y a las imágenes", explica
Magid.
Sin embargo, se han documentado casos en los que los musulmanes retratan al
profeta, especialmente en las variantes no sunitas del islam, explica Omid
Safi, profesor de Estudios Religiosos de la Universidad de Duke.
"Hemos tenido representaciones visuales del profeta en forma de miniaturas
y pinturas en el contexto iraní, en el contexto turco, en el contexto de Asia
central", dice Safi, autor del libro Memories of Mohammed.
"El único contexto importante en el que las representaciones del profeta
no han estado relacionadas con imágenes ha sido el contexto árabe".
"Conforme te adentras en el oriente, lejos de la península Arábiga, encuentras
representaciones del profeta en el arte", dijo Johari Abdul Malik, imán
del Centro Islámico Dar Al Hijrah en Falls Church, Virginia. Señaló que a veces
se usaban imágenes de las enseñanzas del profeta para sortear la brecha del
analfabetismo.
Pero incluso la representación de Mahoma por parte de artistas musulmanes ha
sido un tema delicado.
Ahmed, ex embajador de Pakistán en Reino Unido e Irlanda del Norte, dice que
los artistas musulmanes de los siglos XV y XVI retrataban al profeta pero se
cuidaban de no dibujar su rostro.
"Era como si un velo le cubriera el rostro, así que los realmente
ortodoxos no podían objetarlo… esa fue la solución que hallaron", cuenta
Ahmed.
En una cinta musulmana titulada El mensajero, que circuló en todo el mundo musulmán
en las décadas de 1970 y 1980, se retrataba a Mahoma solo como una sombra.
Abdul Malik dijo que en el Corán "no hay una declaración del profeta en la
que solicite que no se registre su imagen".
Los pasajes relativos a la prohibición de crear imágenes de los profetas
provienen del hadiz, un registro de los dichos del profeta Mahoma y sus
compañeros más cercanos. El hadiz se considera secundario al Corán en cuanto a
autoridad textual, pero los relatos, a menudo contradictorios, han causado siglos
de debates dentro de la umma o comunidad musulmana.
Los estudiosos de la religión dicen que la oposición musulmana a la
representación de Mahoma generalmente no se violó en los primeros siglos porque
había gran distancia entre gran parte del mundo musulmán y Occidente.
En la era de la globalización, los no musulmanes y los detractores del islam se
han sentido con derecho a retratar a Mahoma, incluso de formas insultantes.
En 2006, un caricaturista danés hizo una representación del profeta que llevaba
una bomba por turbante y que tenía la mecha encendida, lo que provocó protestas
en todo el mundo.
Ahmed dice que hasta hace relativamente poco tiempo, las representaciones de
Jesús solían ser respetuosas, pero la cristiandad tiene una ventaja de muchas décadas
cuando se trata de lidiar con representaciones negativas de Jesús en el cine y
en el arte.
