Cada Navidad usualmente, llegan los intercambios: en la oficina, con los amigos, en la familia.
No siempre recibimos lo que deseamos, algunas veces es una sorpresa agradable, pero en otras, sin duda ni la envoltura que lo mantuvo en secreto valdrá la pena, aunque sí lo recordaremos toda la vida como el peor regalo de Navidad jamás recibido.
¿Te ha tocado alguno de éstos?
Un libro de cocina... que incluya un cupón para un curso de tareas domésticas. ¿Lo habrá dado la suegra?
Un aparato para medirse la presión, cuando la familia te considera demasiado vieja a los 65 años.
Pastillas para detener la calvicie. ¿La esposa añora los rulos de la juventud de su esposo?
Una báscula... ¿alguien te insinuó sutilmente que estás excedida de peso?
Artesanía a la que no le encuentras ni la belleza ni la utilidad, hasta que la personalizan y te ves "obligada" a conservarla.
El regalo reciclado, sí esa blusa horrenda que te regalaron una vez, la conservas hasta la siguiente Navidad, la envuelves y la entregas a alguien más.
