Josie Cunningham, de 23 años y embarazada de 18 semanas, acabará con su futuro hijo para poder acceder al conocido programa televisivo. «Nadie quiere ver a una embarazada desnuda»
A sus 23 años, Josie Cunningham
–una británica que recibió hace varios meses una subvención de la
Seguridad Social inglesa para aumentarse los senos- ha dado rienda
suelta a la controversia y la polémica al afirmar que, a pesar de estar
embarazada de 18 semanas, abortará para poder participar en la nueva edición del conocido programa «Gran Hermano» de su país y «tener un futuro mejor», según afirma la versión digital del diario «Daily Mail». La reacción de Cunningham ha sorprendido negativamente
tanto a internautas como a las diferentes personas que han compartido
vida con ella, ya que no pueden entender como la joven –que quería hace
pocos años entrenarse para alistarse en la Royal Navy- ha podido verse
intoxicada hasta este punto por el mundo del famoseo. Sin embargo, la
decisión de la británica, madre también de otros dos pequeños, está
clara: prefiere las cámaras a su hijo. Al parecer, la joven tomó la determinación hace pocas
jornadas, cuando supo que podría ser seleccionada para participar en la
versión del inglesa del popular reality «Gran Hermano», emitido en el país por «Channel 5». «Por fin puedo hacerme famosa y no voy a echarlo todo a perder.
Era una de las favoritas de “Channel 5”, pero cuando se enteraron del
embarazo fueron muy fríos conmigo. Fue entonces cuando empecé a pensar
en abortar. Después de la operación volveré a hablar con ellos», destaca
Cunningham en declaraciones recogidas por el «Daily Mail». Por su
parte, un representante del canal se negó ayer a hacer cualquier tipo de
declaración. Con todo, y a pesar de que no sabe a ciencia cierta si
influirá su embarazo a la hora de ser seleccionada, la joven ha decidido
actuar rápidamente para entrar en el show. La decisión, como no podía
ser de otra forma, ha sido criticada por miles de usuarios a través de las redes sociales. «Al principio pensé que había tenido suerte porque el padre es una persona famosa, pero luego me di cuenta de que cada vez engordaba más y más. Nadie quiere ver a una embarazada desnuda. Sé que mucha gente estará en desacuerdo conmigo, pero me da igual, esto es lo que he querido desde siempre y no puedo renunciar a ello por cualquier cosa», destacó la joven que, sin embargo, también señaló que se considera una «buena mamá». Esta exuberante inglesa, a pesar de todo, ya sabe lo que es
encontrarse en el ojo del huracán mediático, pues hace más de un año la
sociedad inglesa cargó contra ella por recibir casi 6.000 euros de la Seguridad Social
para aumentarse los pechos. Y es que, según declaró a los médicos,
tiene un trauma infantil provocado por las burlas del resto de niños,
quienes decían que «estaba plana como una tabla de planchar». Nada más
lejano a la verdad según puede verse en fotografías realizadas durante
su infancia.
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