miércoles, 13 de agosto de 2014

Motivación y fuerza de voluntad (Parte 2)

Si tienes un resbalón o te falla la voluntad, vuélvete a comprometer con tu objetivo. Si tienes un resbalón, no tires la toalla. Perdónate a ti mismo y organiza un plan para volver a retomar el camino que te llevará a tu objetivo. Date unas palmaditas en la espalda por el camino que ya llevas andado. No te machaques ni seas demasiado duro contigo, independientemente de lo que te hayas desviado del camino que te habías trazado. La mayoría de la gente tiene algún resbalón cuando intenta introducir algún cambio en su vida -es una parte natural del proceso.
El hecho de escribir las tareas diarias y los objetivos parciales también ayuda en este punto, porque, si llevas un registro de tus progresos, enseguida te darás cuenta cuando tengas un resbalón, lo que te hará más fácil retomar el camino hacia tu objetivo. Y sabrás exactamente cuándo te has salido del camino. De modo que, en vez desanimarte y decirte: "Nunca lo consigo cuando me propongo perder peso", puedes decirte a ti mismo: "No estoy perdiendo peso porque no he seguido mi programa dietético y de ejercicios diario.”
¿Y si tienes un resbalón tras otro? Pregúntate a tu mismo si estás realmente comprometido con tu objetivo. Si la respuesta es afirmativa, vuélvete a comprometer -y ponlo por escrito. El proceso de escribirlo todo también te puede ayudar a descubrir si estás o no realmente comprometido con un objetivo. Por ejemplo, tal vez estés más “enganchado” a la fantasía de ser una estrella del deporte que a la realidad de “sudar” para lograrlo.
Tómate los traspiés y resbalones como lecciones o recordatorios de por qué estás intentando hacer un cambio. Si te sales del plan trazado, no lo interpretes como un fracaso sino como una oportunidad para aprender algo nuevo sobre ti mismo. Supongamos que tu meta es no pelearte tanto con tu hermano o hermana. Tal vez aprendas que es mejor decir: "Ahora no puedo hablar sobre eso" y tomarte tu tiempo para tranquilizarte cuando notes que estás empezando a perder los estribos.
Mantén una actitud positiva. Imagínate o sueña cumpliendo tu objetivo: luciendo el vestido que te compraste para la fiesta de fin de bachillerato con tu esbelta figura, o marcando el gol de la victoria en la final de fútbol. La imaginación ayuda a no perder de vista lo que uno está intentando lograr. Ayuda mucho creer que es posible. Y también podrás recuperar tu imagen mental cuando te flaquee la voluntad o sientas que te falta motivación.
El pensamiento positivo y el lenguaje interno también son buenos aliados de la motivación, al favorecer la adopción de una actitud positiva. Dite a ti mismo: "Merezco sacar un promedio de sobresaliente en este curso porque he hincado los codos" o "Seguro que me sentarán bien los pantalones cortos este verano. ¡Estoy siguiendo mi programa de ejercicios y mi dieta de adelgazamiento!"
Búscate un compañero. Otro gran estímulo es encontrar gente que te apoye y anime. Búscate un compañero para entrenar con él, un amigo que también quiera perder peso o alguna persona que se haya propuesto un objetivo similar al tuyo para que os podáis apoyar mutuamente. Poder contar con alguien que comparte tu objetivo puede marcar la diferencia cuando te falle la voluntad -como cuando tengas que levantarte para correr a primera hora de la mañana.
Si no estás obteniendo el apoyo y los ánimos que necesitas de la gente que te rodea, tal vez necesites tomarte un respiro de una amistad en concreto y rodearte de personas que quieran ayudarte a alcanzar tu objetivo. Por ejemplo, si vas cada jueves a casa de un compañero para estudiar juntos al salir de clase, pero últimamente a tu amigo le ha dado por poner la televisión, enviar mensajes de texto o colgarse del teléfono ignorando tus ruegos de que es hora de estudiar, ha llegado el momento de cambiar de compañero de estudios. No podrás centrarte en tu objetivo si tu amigo no comparte ese objetivo -o, todavía peor, intenta alejarte de él. Busca otra persona que comparta tus objetivos y que se haya marcado un camino similar.

¡No tires la toalla!

Poner fin a un comportamiento insano o aprender a hacer algo nuevo y emocionante, a fin de cuentas, no es más que asumir la responsabilidad de nuestras vidas. Encontrar la motivación para hacerlo no es necesariamente fácil pero siempre es posible. Puedes mantener la motivación anotando tus objetivos, perseverando en el plan que te traces y recordándote a ti mismo qué te llevó en un principio a fijarte ese objetivo. Los cambios son emocionantes. ¡Si no, la vida sería muy aburrida! ¡Buena suerte en la consecución de tus objetivos!

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