Sin abandonar el romanticismo que existe para los lectores habituales de los impresos, existen interesantes alternativas para quienes buscan la practicidad en la lectura
- No ocupan espacio físico (los tradicionales, además de acumular polvo, implican pérdida de espacio en casa).
- Aunque se pierda el dispositivo pueden conservarse en un archivo en la PC o en internet.
- Son más baratos (aunque los dispositivos para leerlos no). Al disminuir los costos por almacenamiento, transporte y tirajes de cientos o miles de ejemplares, los precios resultan menores que los libros impresos.
- No existe impresión, lo que permite disponer con mayor rapidez de libros sobre temas de actualidad y, además, son fácilmente actualizables (para corregir errores o añadir información).
- Pueden ser entregados casi al instante y se tiene una gran oferta en internet (porque además permiten a los editores publicar más. y a los lectores tener mayor número de títulos a su disposición).
- No tienen ediciones agotadas (el libro está siempre disponible y a nivel global).
- Facilita el acceso a la lectura para personas con deficiencias visuales, y hay algunos eReaders que están diseñados especialmente para estas personas (de cualquier modo, todos permiten mostrar el texto en diversos tamaños de letra y algunos reproducen audiolibros).
- Se puede buscar una palabra o frase instantáneamente (un auxiliar invaluable para los investigadores); asimismo, la mayoría de los e-books tienen diccionarios incorporados o permiten incorporarlos, y se pueden instalar otros diccionarios si se lee en diferentes idiomas. También tienen "hyperlinks" para buscar información adicional.
- Socializan la lectura, pues fácilmente se comparten citas a través de Facebook, Twitter y otras redes.
- Son portátiles, pesan muy poco.
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