viernes, 16 de agosto de 2013

Su captura dio lugar al surgimiento de 4 cárteles


Distrito Federal— Luego de la detención de Rafael Caro Quintero, en abril de 1985, Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”, uno de los más respetados jefes mafiosos, convocó a una junta de “principales y antiguos” para proponer una solución salomónica: la repartición del territorio mexicano.


Así fue como, a la postre, surgieron cuatro grandes cárteles: Tijuana, a cargo de los hermanos Arellano Félix y Jesús “Chuy” Labra; Sinaloa, dirigido por Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera y Héctor Luis “El Güero” Palma Salazar; del Golfo, controlado por Juan García Ábrego, y el de Juárez, liderado por Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”.



Quintero fue uno de los narcotraficantes más famosos durante la década de los años 80. Fundó el Cártel de Guadalajara, junto con Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo “Don Neto”.



Es acusado del asesinato del Agente de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA), Enrique Camarena Salazar y de su piloto Alfredo Avelar.



Fue detenido el 4 de abril de 1985 en Costa Rica junto con Sara Cristina Cosío Vidaurri Martínez, hija del ex secretario de educación de Jalisco, César Cosío Vidaurri, y sobrina del ex gobernador Guillermo Cosío Vidaurri.



Caro Quintero fue sentenciado a 40 años de prisión, de los cuales pasó los primeros años en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) del Altiplano, antes conocido como Almoloya, en el Estado de México.



En el 2007, fue trasladado a Puente Grande, hasta que en el 2010 un juez federal le concedió un amparo para que fuera trasladado al Reclusorio Preventivo de Guadalajara, donde esperó su liberación.

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