viernes, 16 de mayo de 2014

Los peores genocidas de la historia V

Francisco Franco(España)

El 17 de marzo de 2006 la Comisión Permanente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (entidad supraestatal que engloba a un total de 47 países europeos incluyendo a Turquía) recomendó al Consejo de Ministros del Consejo de Europa adoptar una declaración oficial de condena internacional del régimen franquista y declarar el 18 de julio de 2006 como día oficial de condena de dicho régimen. Así mismo, urgió al Gobierno de España a cumplir cuatro recomendaciones (creación de un comité nacional que investigue las violaciones de los derechos humanos durante el régimen de Franco que envíe sus informes al Consejo de Europa, facilitar a todos los investigadores el acceso a todos los archivos civiles y militares que contengan documentos que puedan establecer la verdad sobre la represión, erigir una exhibición permanente en la basílica subterránea del Valle de los Caídos -donde Franco está enterrado- explicando cómo fue construida por prisioneros republicanos y animar a las autoridades locales a erigir monumentos como tributo a las víctimas del régimen de Franco en la capital y las principales ciudades de España).

La Asamblea Parlamentaria, en la citada Recomendación 1976, condenó unánimemente las "graves y múltiples violaciones de Derechos Humanos cometidas en España por el régimen franquista, entre 1939 y 1975". En cualquier caso, el documento de trabajo para la Comisión Permanente, redactado por Leo Brincat (Malta, Grupo Socialista Europeo) sostiene que:

* Durante la guerra, perecieron entre medio y un millón de personas (las cifras se mantienen en disputa). Muchas de las muertes fueron el resultado, no de los combates o de operaciones militares, sino de brutales masacres ejecutadas por ambos bandos.
* Los primeros días del golpe sorprendieron a unas 50.000 personas en "el lado equivocado" y fueron asesinadas o ejecutadas en juicios sumarísimos (esta cifra es probablemente comparable en ambos bandos).
* La Guerra Civil española fue un primer ejemplo de guerra total presagiando los peores escenarios de lo que posteriormente fue la II Guerra Mundial.
* Fue particularmente grave el comportamiento con las mujeres en nombre del concepto franquista de "redención", con violaciones, confiscación de alimentos o ejecuciones por el comportamiento de sus hijos o esposos.
* Tras la guerra, se impuso la ley marcial, y un sistema de justicia militar ejecutó una amplia represión de todos aquellos que simplemente no habían apoyado el golpe y se habían mantenido al lado de la legalidad republicana. Se siguió usando la justicia militar hasta 1962. Las condenas eran a muerte o a penas de prisión de 20 ó 30 años (Las cifras oficiales franquistas hablan de unos 60.000 a 62.000 solo entre 1940 y 1941).
* Durante los primeros años cuarenta hubo una cantidad enorme de presos políticos. De acuerdo con las cifras oficiales del régimen, en la primera mitad de la década se alcanzaron los 300.000 prisioneros de una población de 25,9 millones de habitantes. Como comparación, la totalidad de la población encarcelada en el enero de 1936, antes de la guerra civil, ascendía 34.526 reclusos. En 1940 el número de prisioneros por cada 100.000 habitantes fue casi tan alto como su equivalente en la Alemania Nazi (1.158 y 1.614 respectivamente). En 1944 fuentes del Ministerio de Justicia aseguraron que unos 190.000 prisioneros murieron o fueron ejecutados en prisión desde el inicio de la guerra.
* Las condiciones de arresto y encarcelamiento, incluían hambre, hacinamiento masivo y enfermedades epidémicas, constituyendo una violación de los derechos humanos.
* Brutalidad policial y tortura sistemática como norma. Violaciones a mujeres en dependencias policiales, abusos físicos y psicológicos. Las incontables muertes en prisión se contabilizaban como suicidios. No era excepcional que las autoridades reaccionaran asesinando a familiares.

Entre las conclusiones del documento de trabajo sometido a discusión en la Comisión Permanente "hay suficientes evidencias para probar que los abusos contra los derechos humanos bajo el régimen de Franco fueron extensivos y sistemáticos" y propone a la comisión que cree un comité de expertos con el objetivo de recoger y evaluar toda la información posible.

El 3 de mayo de 2006 el Consejo de Ministros del Consejo de Europa, en su 963 reunión respondió a la Asamblea Parlamentaria con tres puntos en los que remarcó su condena al régimen de Franco como a todos los regímenes totalitarios por sus violaciones a los derechos humanos y la necesidad de recordar dichos crímenes para evitar repetir los errores del pasado. También apuntó que la transición española es un ejemplo para todos los países que siguen el mismo proceso de cambio a un régimen democrático. Y en lo que respecta a la recomendación específica de un día internacional de condena al régimen de Franco señaló que todos los regímenes totalitarios merecen ese tratamiento, y que singularizar uno en concreto podría crear la impresión equivocada de que unos regímenes totalitarios merecen más la condena que otros.

Para ser benevolentes con Franco hay que compararlo con Stalin o Hitler: “La represión franquista, que fue brutal, no se pueden comparar con las represiones estalinistas”, tampoco fue tan brutal como la de Hitler. Cualquier otra comparación sirve para descubrir la desmedida represión que ejerció finalizada la guerra. Las 40.000 o 50.000 ejecuciones del franquismo no admiten comparación con los centenares de ejecuciones que se produjeron tras la Segunda Guerra Mundial en Francia, Alemania o Italia. En las cárceles de Franco en la posguerra llegaron a hacinarse más de 270.000 personas en condiciones infrahumanas y a las ejecuciones habría que sumar las muertes de aquellos que murieron en las cárceles por causa de estas condiciones.

La represión se ejerció en muchos ámbitos, no sólo fueron las ejecuciones y largas condenas de cárcel, se creó una sociedad donde los vencidos estaban excluidos de la vida política, cultural, intelectual y social. También hay que añadir la represión económica durante la primera etapa del régimen en virtud del favoritismo con que actuaba el Estado en favor de los vencedores o penando a los vencidos. En ese sentido puede decirse que este terreno hubo, por así decirlo, un botín de guerra. La corrupción y el amiguismo vinieron a empeorar las condiciones de vida de la posguerra y la desnutrición y las enfermedades provocaron al menos 200.000 muertes por encima de la tasa de mortalidad anterior a la guerra.

Ceaucescu (Rumanía)

Nicolae Ceaucescu nació en Scornicesti, Rumanía, el 26 de enero de 1918 en el seno de una familia campesina. Fue miembro del ilegal Partido Comunista Rumano antes de la II Guerra Mundial. Perteneció a la Unión de Juventudes Comunistas cuando Rumanía estuvo bajo la influencia soviética. Su política desafiaba la supremacía de la Unión Soviética en el país, lo que le convirtió en una figura popular. En 1974 se convirtió en presidente de Rumanía.

El régimen de Ceaucescu gozó durante algún tiempo de buena imagen en occidente, debido a su política independiente respecto a la URSS, aunque en realidad fue uno de los sistemas más corruptos y despiadados de Europa.

La Securitate (policía secreta rumana), ejercía un férreo control sobre la libertad de expresión, y no se toleraba ningún tipo de oposición al régimen.

Para pagar la deuda externa, Ceaucescu ordenó la exportación de casi toda la producción del país, lo que supuso la escasez de comida y medicamentos.
Instituyó el culto a su persona, e incluso usaba un cetro de presidente. Se otorgó a sí mismo el título de Conducator.

El dictador ordenó la demolición de buena parte de la capital, Bucarest, incluídos edificios históricos, para construír grandes avenidas y un gran palacio; el llamado Palacio del Pueblo, al que el pueblo obviamente tenía vetada la entrada. Este palacio es el segundo edificio más grande del mundo después del Pentágono; cuenta con 325.000 metros cuadrados y su interior fue decorado con los mejores mármoles, alfombras y maderas. En estas cosas gastaba el dinero público mientras el pueblo pasaba penurias.

Fuera de la capital, planificó la demolición de pueblos enteros para trasladar a los habitantes a las ciudades, siguiendo un plan de industrialización.

En la Rumanía de Ceaucescu, las familias estaban obligadas a tener un mínimo de cuatro hijos. Se creó la Ley de Continuidad Nacional, y se debían parir el mayor número de hijos por deber patriótico. Estaban completamente prohibidos los anticonceptivos y el aborto, y los embriones humanos fueron declarados propiedad estatal. A consecuencia de esto, miles y miles de niños fueron abandonados y se calcula que más de 10.000 mujeres perdieron la vida en abortos clandestinos.

Dicen que fue Elena Ceaucescu, la esposa del dictador, la que debido a su fuerte carácter llevaba realmente las riendas del régimen. Era una mujer ignorante y sin cultura que apenas llegó a terminar los primeros cursos de la educación básica, pero se hacía presentar como una científica de talla mundial.

A Elena se le atribuye la inoculación del virus del SIDA a niños huérfanos para probar en ellos remedios contra la enfermedad.

También salió de su boca la orden de disparar contra los disidentes que se manifestaban en Bucarest durante la revuelta que derribó el régimen: "Los matáis y los echáis en fosas comunes. Que no quede vivo ni uno, ¡ni siquiera uno! "

El 17 de diciembre de 1989, Ceaucescu ordenó al ejército y a la Securitate disparar contra la población que se manifestaba en Timisoara. El 22 de diciembre, en Bucarest, el dictador se dirige a la población mediante un discurso. Todo transcurría dentro de la normalidad, pero de pronto empiezan a abuchearle y Ceaucescu sorprendido para su discurso. La Securitate dispara a los manifestantes, pero el ejército les apoya.
Ceaucescu y su esposa tuvieron que salir huyendo pero finalmente fueron apresados. Tres días después fueron juzgados en juicio sumarísimo por un tribunal militar y ejecutados.

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