martes, 28 de octubre de 2014

Fantasías sexuales en hombres y mujeres



Fantasías sexuales
Es común decir que imaginar, además de ser gratis, no tiene consecuencias, pues lo que queda dentro de nuestro baluarte mental está restringido a nuestro alcance y al de nadie más. Siempre que lo que imaginemos no lo llevemos a la realidad, eso sí. En el campo del sexo no es diferente, aunque, según qué cuestiones, llevar a la realidad tu fantasía sexual puede tener consecuencias positivas.

Qué es exactamente una fantasía sexual

Se suele definir "fantasía sexual" de la siguiente manera: "representación mental creada por el inconsciente y que tiene como tema principal las relaciones sexuales (del tipo que sean)". Asimismo, hay que diferenciar entre fantasía sexual y deseo sexual. Este último es el anticipo a una situación real y la fantasía es prácticamente lo contrario: un deseo que posiblemente nunca se llevará a la realidad... O sí.

Las fantasías son comunes tanto en hombres como en mujeres y con la misma intensidad en unos y otros, aunque tradicionalmente se haya solido creer lo contrario. No se suelen comentar con nadie y desde que comienzan a aparecer en la mente de los individuos, en la pubertad generalmente, se suelen prolongar hasta la vejez.

Curiosamente, si se llevan a la práctica, suelen perder gran cantidad del efecto estimulante que se presenta cuando sólo se encuentran en la mente de las personas, que es en la mayoría de los casos, pues generalmente los tabúes, la misma naturaleza del ser humano, las creencias religiosas o de otro tipo o la escala de valores son fuertes razones para mantenerlas a raya.

Tipos de fantasía sexual: diferencias y puntos en común entre hombres y mujeres

Hay que hacer una diferenciación entre las fantasías masculinas y las femeninas, porque aunque se dan con la misma intensidad en unos y otros, lo cierto es que a pesar de que muchas de las fantasías más comunes son compartidas (relaciones con personas del mismo sexo, sexo con un desconocido o sexo oral, entre otras), el caso es que por regla general los hombres tienden a tener fantasías en las que son dueños de la situación, eso es, ejercen el control, o relacionadas con su capacidad sexual, elevada en todo caso. Las mujeres, por el contrario, suelen tener fantasías sexuales en las que las relaciones sentimentales son las protagonistas, más inclinadas al romanticismo.

Lo cierto es que, en general, tener fantasías sexuales es sano, a no ser, por supuesto, que se conviertan en una obsesión y deriven en patología. Asimismo, llevarlas a cabo, siempre que sea dentro de los límites del respeto y la seguridad, es una opción con la condición, claro está, de que no se conviertan en el único estímulo para mantener relaciones sexuales.

En definitiva, tan buena es la opción de decidirse a hacerlas realidad como decidir no realizarlas; depende de lo que realmente deseemos. Por lo tanto, tanto en un sentido como en otro, lo que debemos hacer es escucharnos a nosotras mismas y ser consecuentes, sin presiones, del tipo que sea, pero también sin ambages.

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