miércoles, 16 de diciembre de 2015

China crea cañones de niebla para combatir la contaminación

La contaminación en China está llegando a niveles insospechados y en un intento desesperado por combatirla, el gobienro chino ha puesto a funcionar unos cañones que tiran niebla para tratar de limpiar el ambiente. Los cañones de niebla son un equipamiento de uso común en algunas industrias cuya actividad produce muchas partículas en suspensión como las cementeras o las canteras a cielo abierto. El principio por el que funcionan es simple. Se trata de turbinas que nebulizan un caudal de agua y lo proyectan al aire.

Las diminutas gotas de agua de esta niebla se adhieren a las partículas contaminantes y las hacen demasiado grandes como para que puedan ser respiradas y causar daño a los pulmones. El equipo no provoca lluvia sobre las áreas en las que trabaja ni interrumpe el tráfico o la actividad cotidiana.

Desde que la contaminación en el norte de China comenzó a ponerse realmente mal, empresas como Hunan Jiujiu Mining Safety Equipment están haciendo su agosto vendiendo este tipo de equipamiento para limpiar el aire. Según Quartz, cada unidad móvil de este tipo cuesta en torno a llos 84.000 euros (93.000 dólares). Las unidades fijas son considerablemente más baratas.

Una solución dudosa


El problema de estos cañones es que están pensados para nubes de polvo densas, no para las partículas más finas que forman parte de la contaminación. En el caso de los equipos de Hunan Jiujiu, la propia compañía reconoce que los cañones son capaces de atrapar las partículas de 10 micrones (PM10), pero no las PM2.5 que, de hecho, son las más perjudiciales para la salud de los pulmones.

Pese a ello, mejor es limpiar una parte del aire que no limpiar nada y el consumo de agua y electricidad de las máquinas es bastante moderado. Aunque solo sea por una cuestión de imagen, varias ciudades del norte de China como Guigang, en la provincia de Guangxi, o Changsha y Zhuzhou, en la de Hunan, han comenzado a operar de forma cotidiana estos cañones en sus calles. En 2014 ya se veía alguno, pero su adopción parece ahora mucho más generalizada.

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