jueves, 10 de marzo de 2016

Propuesta del papa Francisco para casos de pedofilia está estancada

La propuesta del papa Francisco de crear un tribunal dentro del Vaticano para enjuiciar a obispos que encubrieron casos de curas pedófilos parece estancada. Ha sido víctima de expectativas prematuras, cuestiones administrativas y legales irresueltas y resistencias tanto dentro como fuera de la Santa Sede.
Un comunicado del Vaticano aseveró que el papa Francisco y sus nueve cardenales asesores habían acordado por unanimidad crear un nuevo departamento dentro de la Congregación para la Doctrina de la Fe para manejar casos de "abuso del cargo", contra obispos acusados de no proteger a sus congregaciones de curas pedófilos.

Sin embargo, la propuesta inmediatamente hizo sonar alarmas entre abogados canónicos y funcionarios del Vaticano.

En primer lugar, la congregación, que desde el 2001 se ha encargado de todos los casos de abuso sexual de menores por parte de sacerdotes en todo el mundo, no fue consultada, ni siquiera informada. Actualmente, la congregación está necesitada de recursos y personal, abrumada con todos los casos de curas que abusaron de menores y con el deber de asesorar a las diócesis sobre cómo proceder.

El comunicado del Vaticano dice que será designado un nuevo secretario para la congregación y que vendrá más personal y recursos. Pero han pasado nueve meses y nada de eso ha ocurrido. El papa Francisco recientemente reiteró que asignaría a un secretario, pero aun si lo hace, el funcionario tendrá que comenzar desde cero en una tarea titánica.

El papa Francisco ha dicho que debe responsabilizarse a los obispos si trasladan a sacerdotes abusadores de una parroquia a otra en vez de denunciarlos a la Iglesia y a las autoridades estatales. "No deben encubrir, e incluso los que encubren estos actos son culpables", dijo el papa Francisco a la prensa.

Por eso su decisión de autorizar un tribunal fue acogida con júbilo -y elevadas expectativas- entre las víctimas de abusos. Recientemente un alto dignatario del Vaticano, el cardenal George Pell, sugirió que un candidato para el tribunal era su antiguo obispo en Ballarat, Australia.

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