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lunes, 12 de enero de 2015

¿Quien era (o es) el Judio Errante?

El judío errante es un mito del cristianismo, una leyenda que relata que durante el penoso camino a la crucifixión con su cruz a cuestas, bajo los latigazos de los soldados romanos, entre los abucheos de la gente, Jesús siente sed y se detiene ante un abrevadero. Un viejo judío le niega el agua, le da un empujón y le dice que siga andando. "Yo seguiré", le contesta Jesús, "pero tú esperarás hasta que yo regrese", y continúa su marcha hacia el Gólgota. Jesús lo condenó a andar errante por la Tierra hasta su segunda venida, hasta la Parusía.

Hasta el siglo XIII no aparecen leyendas sobre este judío, doce siglos tarda en formarse este mito de una espera eterna, ya que para que se cumplan las escrituras, Jesús no volverá a la Tierra hasta el día del juicio final. 
 
 
A partir del siglo XIII empiezan a aparecer testigos que afirman haber visto al anónimo y errante judío y la leyenda comienza a fraguarse y a tener veracidad. Adquiere varios nombres, algunos misteriosos, como Cartafilo, Ashevero, Michob-Ader, otros explícitos, como Buttadeus, Juan Espera en Dios, Larry el caminante. Baltasar Gracián (escritor del siglo XVII), con más precisión que oído, lo llama Juan de Para Siempre. En los países alemanes se lo llamó "Der Ewige Jude" (el judío eterno o inmortal) mientras que en los países de lenguas romances es conocido como "Le Juif Errant" y "L'Ebreo Errante", la forma inglesa se inspiró en esta última y se lo llamó "The Wandering Jew".
 
Posiblemente el nombre más antiguo es el que aparece en una de las "Cartas eruditas y curiosas" (concretamente en la carta 25 del segundo tomo) del padre Feijoo publicado en 1745 en la que se cita a Mateo de París, obispo e historiador benedictino que en el año 1229 afirmó que dicho judío existía, se llamaba Catafilo, y se encontraba entonces por Armenia. El padre Feijoo niega veracidad a la historia, considerándola de invención reciente y como precedente de esta leyenda, señala la conservación del profeta Elías sobre la tierra hasta el fin del mundo.

Jacob Basnage, autor protestante, en su "Historia de los judíos", cuenta que hay exactamente tres judíos errantes:

     - Samer o Samar: judío errante condenado a vivir siempre, y a vagar, por haber fundido el becerro de oro en tiempo de Moisés.

     - Catafito o Catáfito: habría sido una especie de guardia de la puerta del pretorio de Poncio Pilatos. Cuando sacaron a Cristo de dicho pretorio para crucificarle, para que saliese más prontamente y evitar la aglomeración o el bullicio, le dio un empujón en la espalda, a lo cual Cristo, volviendo el rostro, le dijo: "El hijo del hombre se va, pero tu esperarás a que vuelva". Se trata de una profecía del mismo Cristo, por la que este judío no había de morir hasta que Cristo volviese a juzgar vivos y muertos. Cada cien años sufría enfermedad y angustia de muerte, pero luego sanaba y se rejuvenecía hasta los treinta años, edad que tenía cuando Cristo murió.

     - Ausero: zapatero de Jerusalén que echó de un empujón a Cristo del quicio de su puerta cuando el Señor se detuvo allí a descansar camino del Calvario, diciéndole: "Despacha, sal cuanto antes; ¿por qué te detienes?". Cristo le respondió: "Yo descansaré luego, pero tú andarás sin cesar hasta que yo vuelva" (algunos han añadido: "hasta que no nazca niño alguno" o "hasta que la mujer deje de parir"). Desde aquel momento empezó el cumplimiento del vaticinio, siempre andaba peregrinando, sin parar en provincia alguna. Representaba la edad de cincuenta años, y prorrumpía en frecuentes gemidos por la tristeza que le causaba la memoria de su delito. De este se dice que fue visto en el año de 1547 en Hamburgo.
 
 
El 9 de junio de 1564, el anónimo autor de la "Kurtze Beschreiburg" o "Crónica corta", asegura haber visto al judío errante en Schleswig. Relata que es un hombre alto y de cabellos largos, que las plantas de sus pies tienen callos de dos dedos de espesor, y que habla buen castellano porque ha vivido en Madrid. Tiene mujer e hijos que lo acompañan en su recorrido a lo largo del tiempo. Su gran pecado es que ha ofendido al hijo de Dios, su castigo, viajar para siempre. A fines del mismo siglo XVII apareció en Inglaterra otro judío errante, que pretendía tener mil setecientos años de edad y haber sido empleado en el tribunal de Jerusalén, cuando Jesús fue condenado a muerte. En aquella ocasión arrojó bruscamente del Pretorio al Señor, diciéndole:fuera, fuera, ¿porqué estás aquí? A lo cual Jesús respondió: Yo me voy; pero tú andarás hasta mi venida”. Aseguraba que había conocido a todos los apóstoles, y que se acordaba de su fisonomía, de su voz, de su vestido. Había recorrido todos los pueblos de la tierra, y no cesaría de andar errante hasta el fin de los siglos. Pretendía curar a los enfermos, con sólo tocarlos, hablaba muchas lenguas, y discurría sobre puntos de historia con tanta exactitud, que dejaba admirados a cuantos le oían.


Para el cristianismo, la figura de un judío pecador condenado, forzado a recorrer el mundo sin esperanza de descansar en paz, impresionó y caló en la tradición y literatura popular y surgieron variantes de la leyendas, supuestas apariciones, diversos nombres. Aún en el los últimos tiempos se escriben novelas con referencias al judío errante o personajes basados en él o que pueden recordarlo.
 
 
 

domingo, 11 de enero de 2015

El animal más rápido del mundo contra un paracaidista

Existe la creencia de que el chita (Acinonyx jubatus) es el animal más rápido del mundo, pero eso no es verdad. Mientras que estos felinos pueden alcanzar los 120 kilómetros por horas, los halcones peregrinos (Falco peregrinus) pueden volar hasta a 398 kilometros por horas. Como parte de la serie documental de la BBC, BBC Earth, el presentador británico y veterinario Steve Leonard quería ver a una de estas aves en acciones, por lo que se lanzó de un globo aerostático con un señuelo para halcones y un velocímetro. El halcón que protagoniza el video, cuyo nombre es Lady, ha estado entrenando por seis años a perseguir un señuelo específico a cambio de una recompensa de comida.


lunes, 18 de agosto de 2014

El Escándalo Policíaco de Los Ángeles y sus Raíces Sociales (1ra parte)


Se ha publicado mayor información acerca del escándalo de corrupción del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD). Informes de prensa han revelado una historia penetrante de arrestos ilegales, palizas, tráfico de drogas, intimidación de testigos, matanzas a tiros ilícitos, pruebas falsificadas, acusaciones fraudulentas y perjurio en la Unidad “CRASH” del distrito Rampart del LAPD. CRASH es acrónimo de "Community Resources Against Street Hoodlums", lo cual se puede traducir como Recursos de la Comunidad Contra Rufianes Callejeros. Es un programa anti pandillero que el LAPD puso en práctica hace ya diez años. El distrito Rampart, justamente al noroeste del centro de la ciudad, cubre un área de ocho millas cuadradas. Es una zona obrera y densamente poblada, sobretodo por inmigrantes. El agente del LAPD, Rafael Pérez, se unió a CRASH en 1996. Fue arrestado en 1998 por robarse del mostrador donde se guarda la evidencia ocho libras de cocaína valorada en $8 millones. En 1999, mientras esperaba condena reducida por tal fechoría, Pérez comenzó a cooperar con las autoridades y presentó testimonio contra sus ex socios. El 24 de febrero, Pérez recibió sentencia de cinco años en la cárcel por el robo de la cocaína, pero es posible que salga libre en poco más de un año si su conducta mientras es prisionero es modelo. Los detectives de una comisión investigadora nombrada por el LAPD y las Oficinas del Fiscal Federal de Primera Instancia de Los Ángeles condujeron 50 horas de entrevistas con Pérez durante los últimos seis meses. Dos periodistas del Los Angeles Times condujeron una investigación del escándalo y poco a poco las revelaciones de Pérez comenzaron a salir al aire. El mes pasado, el Los Angeles Times publicó muchas de las revelaciones que aparecieron en las dos mil páginas de testimonio que Pérez prestó. La actividad ilícita entre los agentes de policía era tan penetrante que el Times concluyó: “ Cierta cultura secreta, criminal y organizada se desarrolló dentro del LAPD, donde una fraternidad de agentes y supervisores perpetraba crímenes y celebraba asesinatos”. Entre las revelaciones más espeluznantes son las que tienen que ver con los homicidios policíacos o los intentos de cometerlos. En 1996, Kulin Patel, agente de policía miembro de CRASH, le disparó a balazos a Juan Saldana cuando éste iba corriendo por el pasillo de un edificio de apartamentos. Cuando Edward Ortiz, supervisor de CRASH, llegó al lugar del crimen, retrasó la llamada a la ambulancia para que los agentes tuvieran tiempo de tramar una confabulación. Saldana murió antes de llegar al hospital. En otro incidente, agentes de CRASH le dispararon 10 balazos a Carlos Vertiz, hombre de 44 años que no tenía ningún antecedente penal, porque lo confundieron con un traficante de narcóticos. Para justificar la muerte, los agentes de policía subrepticiamente colocaron una escopeta cerca del hombre agonizante, quien ellos sostuvieron había tratado de dispararles. En 1996, Pérez y su socio, Nino Durden, le dispararon en el pecho y la cabeza a Javier Orlando, joven de 19 años, y colocaron un arma sobre él a escondidas. Ovando recibió una sentencia draconiana: 23 años de cárcel por no haber mostrado remordimiento. Pero a Ovando se le comprobó inocente y el año pasado fue puesto en libertad luego de dos años en presidio. Debido a las lesiones corporales que sufrió, ahora guarda silla de ruedas. En la víspera de Año Nuevo, 1996, agentes policías miembros de CRASH abrieron fuego contra dos celebrantes, quienes, después de haber sido heridos, fueron arrestados bajo acusaciones falsas. Los agentes ensayaron el cuento que habían disparado en defensa propia, agregando que los celebrantes habían disparado contra ellos primero. Uno de los agentes, quien permanece anónimo, presuntamente le ha dicho a su abogado de defensa que los policías de CRASH esa noche habían salido “de caza” deportiva para emboscar a gente. Pérez le relató a los detectives el extremo hasta el cual los agentes de policía y sus supervisores llegaban para encubrir los tiroteos ilegales. En una ocasión, durante una búsqueda, un policía neófita abrió la puerta de un armario, se sorprendió al ver otro hombre dentro y disparó, dejándolo muerto. Cuando el supervisor llegó al lugar del incidente, le dijo al novato que relatara lo siguiente: el hombre llevaba un espejo en las manos; el agente de policía vio su propio reflejo y, confundiéndolo por persona con mano armada, abrió fuego.

Pérez le relató a los detectives el extremo hasta el cual los agentes de policía y sus supervisores llegaban para encubrir los tiroteos ilegales. En una ocasión, durante una búsqueda, un policía neófita abrió la puerta de un armario, se sorprendió al ver otro hombre dentro y disparó, dejándolo muerto. Cuando el supervisor llegó al lugar del incidente, le dijo al novato que relatara lo siguiente: el hombre llevaba un espejo en las manos; el agente de policía vio su propio reflejo y, confundiéndolo por persona con mano armada, abrió fuego. La agente de policía Melissa Town le disparó a un joven que estaba sentado con un grupo de amigos cerca de un parque. Cuando le cayó atrás al joven, éste emprendió fuga. Cuando el sargento supervisor llegó, le quitó a un auto que estaba en las cercanías una pieza de metal con cromo que medía 5½ pulgadas de largo y le instruyó a Town que declarara que el joven bajo sospecha lo había apuntado hacia ella.